Nuestras peticiones más íntimas son dirigidas a Dios a través de las oraciones, mediante ellas le confiamos todas esas heridas y carencias sin que llegue a importar si somos mayores o tan solo jóvenes, si estamos teniendo una delas mejores experiencias estando solteros o no, ya que quizás en el fondo de nuestro corazón está presente el deseo y la esperanza de poder encontrar el amor posiblemente por vez primera, o de encontrarlo nuevamente.
Ante ello, debemos orar con esperanza y confianza al Señor, pues él nos ayudará a abrir nuestros corazones, y de esta forma podremos recibir el proyecto que tiene para cada uno de nosotros.
Oración para encontrar el amor
“Un gran vacío está creciendo en mi, y este no es saciado ni con una amistad ni con el estudio, pero tampoco sé cómo podré llegar a llenarlo. ¿Será por la carencia de Dios, o quizás será por la ausencia de alguna criatura?
Si se trata de una criatura, entonces mi oración va para que no se presente hasta que yo sea digno de ella. Mi oración va para que traiga junto a ella la cantidad precisa de encanto exterior, para que no haya cabida al arrepentimiento.
También rezo para que llegue a mi con una excelente alma aportando gran virtud, y de esta manera llegue a valer mucho más que yo, que logre llevarme a las alturas, sin dejarme descender, que se comporte generosa ya que continuamente soy pusilánime, que sea ferviente pues mi alma es tibia cuando se trata de las cosas de Dios, que se muestre compasiva para que no haya razones que me ruboricen ante ella debido a mi inferioridad.
En esta hora, te pido Señor que no me abandones, y que me ayudes a ser amado; tu mas que nadie lo sabe, pues no solo busco la dulzura en el amor, sino que en mi existe un gran desprecio por toda bajeza, y es por eso que lucho por el bien y por la verdad. Amén”.
Oración a San Valentín si deseas encontrar un sincero amor
“Oh, bendito San Valentín, tú que eres el excelso protector del amor, te pido hagas que mi corazón no permanezca en las tinieblas, haz que se haga presente la luz de Cristo ante él junto a la llama del amor verdadero.
Haz que nuevamente pueda sentir y me emocione, brindame claridad y confianza, enséñame a que puedo olvidar todos esos malos recuerdos, mantén lejos de mi las amarguras, los miedos y los temores para abrir mis caminos hacia el amor.
Te pido que hagas que pronto llegue a mi vida mi alma gemela, un ser que sea maravilloso eso es lo que más ansío, tener a mi lado la otra mitad de mi ser que sea mi gran amor, para gloria de Dios y felicidad de todos.
Mi amado San Valentín haz que pueda conseguir todo ese amor que tanto ansío, que mi vida para llenarla y se vea complementada con alguien que realmente me quiera, haz que pueda encontrar la dicha de compartir, sentir, y tener a mi lado un amor verdadero, un amor que me brinde la felicidad, la amistad, el cariño y la estabilidad de la que tanto carezco.
Glorioso San Valentín, tú que has ayudado a tantas parejas, te pido me ayudes en este momento de mi vida para poder encontrar y tener siempre junto a mi, mi alma gemela, haciendo que el amor se haga presente en mi corazón. Amén».
Es importante saber a cuales santos debemos rezar para lograr encontrar el amor
No queda duda de que en su mayoría, las oraciones que recitamos están dirigidas al Señor, ya que estamos conscientes de que siempre tendrá una respuesta efectiva para nosotros. Sin embargo, también podemos solicitar ayuda e intercesión de los santos cuando se trata de emprender la búsqueda de nuestra alma gemela.
Un ejemplo de ello, es que muy a menudo, las personas llegan a rezarle a San Antonio de Padua, debido a que él es el protector de los enamorados, pero también cuando buscamos el amor, o cuando queremos encontrar algún amor que hemos perdido.
Otra opción puede ser rezar a aquellos santos, quienes encontraron a la persona que Dios había diseñado para ellos, y lograron vivir una vida en pareja, situación que podría ser considerada como un ejemplo para quienes son cristianos.
Entre ellos podemos mencionar a San Luis y Celia Martin quienes eran los padres de Santa Teresa de Lisieux, también a Santa Ana y San Joaquín quienes fueron los padres de la Virgen María.